Los tránsitos de los
planetas
Tránsitos de Urano
Por Robert
Hand
Tránsitos a la Luna
La Luna representa los aspectos más fundamentales de la naturaleza de una persona. Los textos antiguos incluso la identifican con la misma Naturaleza: los ámbitos de crecimiento y disminución y toda clase de fluctuaciones. Urano, en cambio, resulta ajeno no sólo a la Naturaleza en sentido amplio, sino también a los procesos rutinarios de su mundo interior. Aunque Urano no está por completo fuera de la Naturaleza, al menos se sitúa en los márgenes de lo que consideramos natural. Por ello, las combinaciones Urano-Luna suelen coincidir con una de dos experiencias. La primera se produce cuando un elemento de su vida, emocionalmente seguro y previsible, queda alterado por un choque externo aparentemente innecesario. La segunda aparece cuando una energía interna que parecía estable cambia de forma repentina. Estos acontecimientos pueden inquietar. Sin embargo, suelen surgir de tensiones que se han acumulado mientras usted no se adaptaba. Un tránsito de Urano a la Luna también puede señalar una decisión que debe tomar, decisión que puede darle mayor libertad y espacio para un cambio creativo. No son tránsitos necesariamente difíciles. Cuanto más sintonice con sus necesidades emocionales y con su necesidad de crecimiento, más probable será que el tránsito se desarrolle de manera positiva y con relativa facilidad. Las dificultades surgen porque nos aferramos a las costumbres de actuar y sentir. Incluso el cambio creativo tropieza con resistencia inconsciente.
Tránsitos a Mercurio
Mercurio es un planeta muy personal y normalmente no se le atribuye gran trascendencia espiritual en la vida diaria. No obstante, posee un nivel superior, casi místico. El planeta —y el dios— Mercurio se asociaban con la sabiduría suprema. Habitualmente se manifiesta como actividad mental rutinaria y comunicación cotidiana, tan familiar que apenas la notamos. Sin embargo, sus energías también pueden elevarse a un grado extraordinario de comprensión y visión espiritual. En ese nivel se asemejan a las de Urano, razón por la que muchos astrólogos llaman a Urano la “octava superior” de Mercurio. Como parientes en este sentido, los tránsitos de Urano sobre Mercurio natal pueden fomentar la creatividad y la inventiva. También pueden generar nerviosismo, dispersión y actividad sin rumbo. Por extraño que parezca, el estado inquieto en el que los pensamientos saltan y se niegan a concentrarse comparte la misma esencia que un destello repentino de intuición o un avance en la comprensión. En la forma negativa la energía está dispersa; en la positiva se concentra y tiene propósito. Piense en la diferencia entre las pequeñas chispas invernales de electricidad estática —molestas y ligeramente dolorosas— y un único rayo dirigido. El rayo puede ser peligroso, incluso mortal, y aun así lo usamos como metáfora de una gran inspiración y de un cambio mental creativo.
Tránsitos a Venus
En el plano emocional Venus representa el amor, la amistad y el afecto. También encarna la armonía y la belleza. Su influencia se manifiesta tanto en el arte, la música sublime y la prosa elegante como en una mujer hermosa o un hombre apuesto. Amor y belleza están estrechamente vinculados, pues ambos son expresiones de armonía. En un nivel menos elevado, Venus puede indicar deseo irracional: el impulso de acumular cada vez más sin un fin claro; de ahí su asociación tradicional con la indulgencia.
Venus rige asimismo la sexualidad y lo erótico, ámbito que ha inquietado durante mucho tiempo a la llamada “gente espiritual”. En distintas culturas, sobre todo en las que se enorgullecen de ser civilizadas, las tradiciones religiosas suelen tener dificultades para aceptar este aspecto venusino. Sin embargo, la sexualidad es una fuerza vital fundamental y rechazarla equivale, en cierto modo, a rechazar la Vida misma. En el polo opuesto se halla la expresión más elevada de Venus: el amor denominado agape en griego y caritas en latín, que traducimos mejor como “amabilidad amorosa”. La mayoría de quienes buscan lo espiritual abrazan esta forma de energía, aunque su temor a lo erótico a veces estrangula la amabilidad amorosa con un lazo de rectitud moral.
Tránsitos al Sol
En su carta el Sol representa las energías centrales del cuerpo, del alma y de la mente. Simboliza la voluntad y la conciencia, así como cualquier factor psicológico o fisiológico que sea esencial para el funcionamiento del sistema que usted llama “yo”. Urano, de manera previsible, puede alterar todo ello. La perturbación surge de dos formas. Algo se rompe por negligencia prolongada o inconsciencia, o bien algo irrumpe desde fuera —normalmente algo nuevo que se había ignorado o excluido—. La primera situación se debe a la tendencia humana a dejar que las cosas sigan como siempre, incluso cuando una disfunción grave se está gestando bajo la superficie. A veces un tránsito de Urano llega cuando ya es demasiado tarde para evitar el colapso. Sólo queda experimentar la caída y luego reparar el daño. Si la reparación es posible, la ruptura puede resultar útil al final. Cuando los daños son excesivos, hay que seguir adelante y aprender a no permitir que se acumulen tensiones similares.
Cuando la alteración procede del exterior y trae un cambio radical repentino, normalmente es posible adaptarse. La cuestión es si usted está dispuesto a hacerlo. Considere este ejemplo.
Suponga que durante un tránsito Urano-Sol un desastre natural golpea su hogar. (No es la manifestación más habitual, pero sirve como ejemplo.) La mayoría reconstruye y continúa. A menudo funciona. Sin embargo, si las inundaciones se repiten, el desastre puede indicar que reconstruir en el mismo lugar es poco sensato. Sea cual sea el suceso externo, y más bajo un tránsito Urano-Sol, contemple la posibilidad de que no pueda seguir exactamente como antes.
Tránsitos a Marte
Tanto Urano como Marte se consideran tradicionalmente energías disruptivas, de acción repentina y movidas por impulsos fuertes. La diferencia más llamativa es que Marte suele actuar al capricho del ego —«¡Quiero ganar!»—, mientras que Urano es trascendental: sus energías no nacen del ego personal de nadie. Quien intenta apropiarse del poder uraniano para fines puramente personales suele comprobar que el intento se vuelve en su contra, y con rapidez. Cuando ambos planetas combinan sus fuerzas, el resultado suele ser un estallido de voluntarismo que no respeta a nadie ni a nada. Quien expresa la energía quizá ni siquiera reconozca lo poco que tiene que ver con su verdadero interés; simplemente siente la necesidad de explotar.
La combinación se parece a los contactos Urano-Sol, que siempre encierran una búsqueda de autoexpresión auténtica y verdad personal. Sin embargo, cuando Urano y Marte se enlazan, la verdad —cualquier verdad— suele convertirse en daño colateral, no por intención sino por defecto.
La naturaleza explosiva del dúo Urano-Marte puede parecer que irrumpe desde fuera, pero la experiencia astrológica sugiere que algo en la carta natal debe permitir tales erupciones, salvo en acontecimientos colectivos. Como se indica en otra parte, las energías uranianas pueden manifestarse a través de movimientos sociales y grandes grupos, pero rara vez señalan catástrofes masivas.
Tránsitos a Júpiter
Tradicionalmente Júpiter se llama el “benéfico mayor” porque significa una interacción armoniosa con el mundo. Su energía es expansiva y positiva, aunque no trascendental; Júpiter se ocupa sobre todo de lo mundano. Urano, en cambio, es trascendental, vinculado a estados de conciencia más allá de la realidad ordinaria. La gente experimenta a Urano como difícil principalmente porque representa la irrupción súbita de lo extraordinario en lo ordinario, a veces provocando quiebras para bien o para mal. Júpiter —sobre todo su Júpiter natal— se relaciona con la capacidad de integrar material nuevo en la vida, tanto dentro de uno mismo como entre uno y el entorno.
Por ello, cuando Urano contacta con Júpiter puede verse obligado a integrar material nuevo —o a tejer aspectos frescos de su ser interior dentro de estructuras existentes— con mucha rapidez. El Júpiter natal puede facilitar esta tarea y transformar lo que de otro modo sería una explosión uraniana disruptiva en algo que pueda asimilar. Aun así, el resultado no siempre es un golpe de suerte: puede ser un revés inesperado o una mezcla de ambos, mientras las circunstancias internas y externas oscilan entre extremos durante la integración. Incluso en las combinaciones Urano-Júpiter más favorables debe permanecer con los pies en el suelo y evitar que la intensidad lo arrastre.
Los ganadores de lotería con recursos modestos ilustran esta dinámica. Algunos integran la fortuna inesperada y construyen vidas mejores. Otros, abrumados por el dinero, lo despilfarran, caen en manos de estafadores o adquieren hábitos costosos que consumen las ganancias. La buena noticia es que estos tránsitos pueden traer suerte repentina; la mala, que la misma suerte puede conducir al desastre. Por fortuna, la mayoría de los eventos Urano-Júpiter son menos dramáticos que acertar el premio gordo y, por tanto, más fáciles de manejar.
Tránsitos a Saturno
En los tránsitos de Urano al Saturno natal ambos cuerpos se mueven con lentitud. El paso prolongado de Urano puede intensificar la experiencia. Sin embargo, usted comparte la posición natal de Saturno con millones de personas nacidas en la misma época. Estas interpretaciones importan sólo si Saturno es especialmente fuerte en su carta. Las siguientes condiciones indican tal fuerza y hacen estos tránsitos especialmente significativos.
- Saturno está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Saturno forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- La persona tiene muchos planetas u otros puntos importantes en Acuario o Capricornio.
- Saturno forma numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los mencionados.
Si no se cumple ninguna de estas condiciones, los efectos del tránsito pueden ser visibles, pero es poco probable que sean potentes.
En muchos aspectos las energías de estos dos planetas chocan. Urano simboliza avances, lo totalmente nuevo y el cambio repentino —a menudo caótico e inquietante—. Saturno representa la adhesión a la estructura, la disciplina y un orden social rígido. Cuando se encuentran, la tensión resultante puede ser extrema. Bajo un tránsito difícil Urano-Saturno la presión puede aumentar hasta que algo se rompe: una relación que intentaba conservar puede terminar de forma brusca o usted puede decidir terminarla. A veces la gente huye cuando aparece esta combinación. De verdad se siente como una fuerza irresistible contra un objeto inamovible: algo tiene que ceder.
Sin embargo, Saturno posee otra faceta —accesible a todos— que puede hacer esta combinación mucho más constructiva. Abrazar esa faceta no es fácil, pero una vez lo haga los dos planetas pueden volverse extraordinariamente productivos en su búsqueda de autorrealización. A continuación se enfatizará este camino alternativo.
Tránsitos a Urano
Cuando Urano transita su propia posición natal ambos cuerpos se mueven lentamente. La duración puede intensificar los efectos, pero usted comparte esa posición natal con millones de coetáneos. Estas interpretaciones sólo importan si Urano es especialmente prominente en su carta. Urano es fuerte —y los tránsitos más significativos— en las siguientes circunstancias.
- Urano está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Urano forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Urano forma numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los mencionados.
Si no se cumple ninguna de estas condiciones, los efectos del tránsito pueden percibirse, pero es poco probable que sean potentes.
Como sucede con todos los planetas cuando regresan a su posición natal, los tránsitos de Urano a Urano marcan un ritmo en la vida que puede ser significativo sin ser inherentemente difícil. El significado específico de cada fase en el ciclo de 84 años se analizará más adelante. Dado que el simbolismo varía según ocurra el aspecto antes de la oposición —a comienzos de los cuarenta— o entre esa oposición y el retorno de Urano en torno a los ochenta y cinco, distinguiré el sextil de 60° del de 300°, el cuadrado de 90° del de 270° y el trígono de 120° del de 240°. Los aspectos menores se tratarán como de costumbre.
Tránsitos a Neptuno
En los tránsitos de Urano al Neptuno natal ambos planetas son lentos. La duración prolongada puede intensificar la vivencia; sin embargo, usted comparte la posición natal de Neptuno con millones de contemporáneos. Estas interpretaciones sólo son significativas si Neptuno resalta en su carta. Neptuno es fuerte —y el tránsito más relevante— en las circunstancias siguientes.
- Neptuno se halla cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Neptuno forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Neptuno genera numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los ya citados.
Si nada de esto se cumple, los efectos pueden notarse, aunque probablemente no con fuerza.
Urano y Neptuno son planetas trascendentales: sus efectos exceden la realidad corriente. Por ello un tránsito de Urano a Neptuno natal puede manifestarse de dos modos. Ocurre algo claramente de otro mundo o irrumpe algo confuso y repentino. La segunda posibilidad a menudo inquieta, sobre todo si el tránsito es conjunción, cuadratura u oposición, aspectos que señalan cambio y flujo. Recuerde que Urano encarna cambio súbito y potencialmente disruptivo, generalmente inesperado y difícil de predecir en detalle.
La influencia de Neptuno, en cambio, rara vez es repentina. Si Neptuno le ha planteado desafíos, probablemente los ha sentido durante buena parte de su vida, aunque no pudiera rastrear su origen. Su expresión inferior incluye sensación de debilidad e incompetencia nacida de hipersensibilidad y de incapacidad para impedir que energías negativas —ambientales o interpersonales— nublen su mente. Paradójicamente, esa misma sensibilidad puede convertirse en uno de los dones de Neptuno, aunque requiere crecimiento y aprendizaje para emplearla bien. Neptuno también significa confusión, desde la ligera vaguedad hasta la profunda ilusión, es decir, todas las formas de perder contacto con la realidad. Sus energías nos llevan a preguntar qué es realmente “realidad”. Tanto Urano como Neptuno cuestionan las nociones convencionales de realidad, y la influencia de Neptuno no resulta útil para asuntos mundanos que exigen control y acción enérgica.
Cuando estos planetas interactúan conviene apartar las preocupaciones del ego ordinario y mirar la “realidad” desde otra perspectiva distinta de la que absorbió de niño o recibe de la sociedad. Eso exige calma y equilibrio, algo complicado durante estos tránsitos. En última instancia ninguno de los dos planetas es negativo por naturaleza; juntos simplemente resultan extraños y poco familiares. Cuanto antes se adapte a esa extrañeza, con más éxito navegará la experiencia.
Tránsitos a Plutón
Urano y Plutón encarnan energías trascendentales extremadamente potentes. Al igual que Neptuno, señalan salidas de lo ordinario, pero la influencia de Neptuno es sutil y normalmente no disruptiva a corto plazo. Urano y Plutón, en cambio, anuncian el tipo de cambio que la mayoría considera difícil. Más que cualquier otro par planetario exigen soltar tanto como sea posible, con la mayor rapidez, y luego crear un nuevo orden vital.
La imagen natural de esta combinación es el terremoto. Un sismo no se produce por el deslizamiento normal de las placas, sino cuando las placas se traban, la presión crece y el bloqueo cede, liberando un gran desplazamiento. En la vida humana los tránsitos Urano-Plutón indican situaciones en las que problemas o tensiones se acumulan durante años hasta que la presión resulta irresistible y se produce el terremoto metafórico. En principio el cambio resultante podría ser beneficioso, pero sólo si las fuerzas opuestas no han resistido los ajustes necesarios en cada paso. Dos ejemplos históricos son la revolución de mediados de los sesenta, marcada por la última conjunción Urano-Plutón, y el período de 2010 a 2015, cuando formaron un cuadrado, configuración aún latente a inicios de 2018.
Los años sesenta vieron disturbios urbanos, la Nueva Izquierda, la contracultura, los Panteras Negras y otros movimientos que llevaron a algunos a temer una revolución total —aunque ninguna se materializó—. El cuadrado de principios de los 2010 trajo la Primavera Árabe, revoluciones en varios países árabes, la guerra civil siria, ISIS y la creciente polarización política en Estados Unidos. En ambas épocas los cambios largamente reprimidos estallaron sólo después de que las culturas dominantes no respondieron, produciendo hechos explosivos parecidos a un seísmo.
Los terremotos no golpean en todas partes; sólo donde las placas se traban el tiempo suficiente para que la presión se acumule. Donde las placas se deslizan sin trabarse, apenas hay temblores. La analogía se extiende a las revoluciones sociales: los cambios Urano-Plutón pueden ser benignos o incluso beneficiosos si se permite que sucedan gradualmente. Se vuelven destructivos sólo cuando el cambio se resiste demasiado tiempo. El mismo principio rige cuando Urano transita Plutón natal.
En estos tránsitos ambos planetas son lentos, de modo que la influencia dura mucho y puede sentirse intensa. Sin embargo, usted comparte la posición natal de Plutón con millones de su generación. Estas interpretaciones importan sólo si Plutón es particularmente destacado en su carta. Plutón es fuerte —y el tránsito más significativo— bajo las siguientes condiciones.
- Plutón está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Plutón forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Plutón establece numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los ya mencionados.
Si ninguna de estas condiciones se cumple, los efectos del tránsito pueden observarse, aunque es poco probable que sean intensos.
Tránsitos a Quirón
En otros lugares he sostenido que Urano encarna las cualidades de calor y sequedad. En este aspecto difiere de Quirón, cuya naturaleza es más difícil de definir. El calor y la sequedad tienden a romper y alterar, y en esto Urano supera incluso a Marte, que comparte esas mismas cualidades. Quirón, en su mejor expresión, integra; es moderadamente caliente y moderadamente húmedo. Quirón sana, solo o ayudado por otras energías, mientras que Urano quiebra y hiere. ¿Están por ello siempre en conflicto? No necesariamente; depende de cómo actúe la tendencia disruptiva de Urano. Culturalmente Urano rompe con el pasado, derriba tradiciones y estimula la innovación. Si combinamos ese impulso con el poder integrador de Quirón, el par puede simbolizar terapias radicales, medicina experimental, separaciones de la práctica establecida y curaciones que recurren a tecnología de vanguardia.
No todo el mundo siente estos tránsitos con igual intensidad. Para que sus efectos resulten apreciables, Quirón debe ocupar una posición destacada en la carta natal. Los criterios siguientes tienden a amplificar su influencia:
- Quirón está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Quirón forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Quirón genera numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los mencionados.
Si no se cumple ninguna de estas condiciones, los efectos del tránsito pueden notarse, aunque no serán intensos.
Tránsitos al Medio Cielo
El Medio Cielo es uno de los principales indicadores de la dirección vital global: lo que usted hace, en un sentido real, con su vida. No se limita a la carrera o profesión; en la astrología medieval también significaba estatus y reputación, acepción que sigue vigente. Urano señala cambio repentino, urgente e inesperado, la energía del forastero que opera más allá de la realidad ordinaria. A primera vista el Medio Cielo y Urano podrían parecer incompatibles: carrera, estatus y reputación por un lado, cambio disruptivo por el otro. No es así. Muchos innovadores en sus campos tienen contactos fuertes Urano-Medio Cielo, y algunas personas atraviesan cambios radicales y frecuentes en su estatus o reputación en lugar de mantener una imagen pública constante.
También hay momentos en los que debe realizar cambios fundamentales en lo que hace. Simplemente no puede seguir en la misma trayectoria porque ya no refleja quién es usted en verdad. Los tránsitos de Urano al Medio Cielo natal suelen señalar esos momentos, o al menos insinúan con fuerza que se necesita un cambio. El simbolismo central aquí es que los objetivos y propósitos a largo plazo pueden tener que ceder ante la verdad de su identidad, por muy válidas que parezcan sus actividades actuales. Los ajustes resultantes pueden abarcar desde revisiones drásticas hasta correcciones de rumbo más modestas pero significativas.
El Medio Cielo y su punto opuesto, el I.C., describen también la relación con los padres y las figuras de autoridad y las bases que usted asienta en la vida personal y en el hogar. Estas áreas pueden sufrir cambios radicales durante los tránsitos Urano-Medio Cielo. La dificultad que experimente será proporcional a la rigidez con la que haya fijado su mirada en una meta y a la distancia entre esa meta y su yo auténtico.
Tránsitos al Ascendente
El Ascendente describe cómo se expresa usted en el mundo: la personalidad que muestra, la impresión que causa y su cuerpo físico, la superficie literal que se orienta hacia fuera. Urano, por su parte, trae la gran sorpresa, procedente de ámbitos que no entendemos del todo o de partes de nosotros que aún no expresamos. Por ello cada tránsito de Urano al Ascendente natal suele producir perturbaciones, cambios o ajustes entre su yo interior y el mundo exterior.
Estos cambios suelen caer en dos categorías. Primero, puede sentir un fuerte impulso de liberarse cuando la vida se vuelve demasiado reglamentada. Segundo, los acontecimientos del mundo exterior pueden parecer obligarle a un cambio importante. El primer caso suele ser sencillo; el segundo puede resultar desconcertante, como si un piano cayera de una ventana y casi le golpeara. Tal vez no haya forma evidente de que usted “provocó” el evento, y preguntarse cómo lo hizo puede volverse tan abstracto que sea inútil para la vida práctica.
En resumen, esfuércese por comprender los sucesos Urano-Ascendente que pueda entender y no se obsesione con los que no, salvo que observe un patrón repetido. En ese caso, preste atención. Por ejemplo, si sale de casa y sufre un accidente que le hiere gravemente, el incidente acabará revelando de qué modo le empujó a redefinir su vida, y ese entendimiento debe ser su objetivo. Pero si los pequeños percances ocurren constantemente —la proverbial cáscara de plátano siempre bajo su pie—, ha llegado el momento de examinar los patrones de conducta que invitan a esos accidentes. Sencillamente, no está prestando suficiente atención a lo que hace.
Tránsitos a los Nodos Lunares
Los nodos lunares forman una red de conexiones enraizadas en nuestro ser interior y expresadas en los vínculos rutinarios que tenemos con el mundo. Los tránsitos de Urano al Nodo Norte o Sur, o a los puntos situados 90° más allá (las “curvaturas”), señalan cambios súbitos y transformaciones potencialmente radicales dentro de esta red. El detonante inmediato puede nacer de desarrollos internos o parecer venir del exterior, pero en última instancia son las elecciones que hacemos —o dejamos de hacer— las que preparan el escenario para los eventos asociados a los tránsitos de Urano a los nodos y curvaturas. El principal desafío reside en que el eje nodal opera en gran medida a nivel inconsciente, justo lo que cabría esperar de puntos ligados a la órbita de la Luna alrededor de la Tierra.
Tránsitos de Urano
Por Robert Hand
Tránsitos a la Luna
Tránsitos a Mercurio
Tránsitos a Venus
Venus rige asimismo la sexualidad y lo erótico, ámbito que ha inquietado durante mucho tiempo a la llamada “gente espiritual”. En distintas culturas, sobre todo en las que se enorgullecen de ser civilizadas, las tradiciones religiosas suelen tener dificultades para aceptar este aspecto venusino. Sin embargo, la sexualidad es una fuerza vital fundamental y rechazarla equivale, en cierto modo, a rechazar la Vida misma. En el polo opuesto se halla la expresión más elevada de Venus: el amor denominado agape en griego y caritas en latín, que traducimos mejor como “amabilidad amorosa”. La mayoría de quienes buscan lo espiritual abrazan esta forma de energía, aunque su temor a lo erótico a veces estrangula la amabilidad amorosa con un lazo de rectitud moral.
Tránsitos al Sol
Cuando la alteración procede del exterior y trae un cambio radical repentino, normalmente es posible adaptarse. La cuestión es si usted está dispuesto a hacerlo. Considere este ejemplo.
Suponga que durante un tránsito Urano-Sol un desastre natural golpea su hogar. (No es la manifestación más habitual, pero sirve como ejemplo.) La mayoría reconstruye y continúa. A menudo funciona. Sin embargo, si las inundaciones se repiten, el desastre puede indicar que reconstruir en el mismo lugar es poco sensato. Sea cual sea el suceso externo, y más bajo un tránsito Urano-Sol, contemple la posibilidad de que no pueda seguir exactamente como antes.
Tránsitos a Marte
La combinación se parece a los contactos Urano-Sol, que siempre encierran una búsqueda de autoexpresión auténtica y verdad personal. Sin embargo, cuando Urano y Marte se enlazan, la verdad —cualquier verdad— suele convertirse en daño colateral, no por intención sino por defecto.
La naturaleza explosiva del dúo Urano-Marte puede parecer que irrumpe desde fuera, pero la experiencia astrológica sugiere que algo en la carta natal debe permitir tales erupciones, salvo en acontecimientos colectivos. Como se indica en otra parte, las energías uranianas pueden manifestarse a través de movimientos sociales y grandes grupos, pero rara vez señalan catástrofes masivas.
Tránsitos a Júpiter
Por ello, cuando Urano contacta con Júpiter puede verse obligado a integrar material nuevo —o a tejer aspectos frescos de su ser interior dentro de estructuras existentes— con mucha rapidez. El Júpiter natal puede facilitar esta tarea y transformar lo que de otro modo sería una explosión uraniana disruptiva en algo que pueda asimilar. Aun así, el resultado no siempre es un golpe de suerte: puede ser un revés inesperado o una mezcla de ambos, mientras las circunstancias internas y externas oscilan entre extremos durante la integración. Incluso en las combinaciones Urano-Júpiter más favorables debe permanecer con los pies en el suelo y evitar que la intensidad lo arrastre.
Los ganadores de lotería con recursos modestos ilustran esta dinámica. Algunos integran la fortuna inesperada y construyen vidas mejores. Otros, abrumados por el dinero, lo despilfarran, caen en manos de estafadores o adquieren hábitos costosos que consumen las ganancias. La buena noticia es que estos tránsitos pueden traer suerte repentina; la mala, que la misma suerte puede conducir al desastre. Por fortuna, la mayoría de los eventos Urano-Júpiter son menos dramáticos que acertar el premio gordo y, por tanto, más fáciles de manejar.
Tránsitos a Saturno
- Saturno está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Saturno forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- La persona tiene muchos planetas u otros puntos importantes en Acuario o Capricornio.
- Saturno forma numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los mencionados.
Si no se cumple ninguna de estas condiciones, los efectos del tránsito pueden ser visibles, pero es poco probable que sean potentes.
En muchos aspectos las energías de estos dos planetas chocan. Urano simboliza avances, lo totalmente nuevo y el cambio repentino —a menudo caótico e inquietante—. Saturno representa la adhesión a la estructura, la disciplina y un orden social rígido. Cuando se encuentran, la tensión resultante puede ser extrema. Bajo un tránsito difícil Urano-Saturno la presión puede aumentar hasta que algo se rompe: una relación que intentaba conservar puede terminar de forma brusca o usted puede decidir terminarla. A veces la gente huye cuando aparece esta combinación. De verdad se siente como una fuerza irresistible contra un objeto inamovible: algo tiene que ceder.
Sin embargo, Saturno posee otra faceta —accesible a todos— que puede hacer esta combinación mucho más constructiva. Abrazar esa faceta no es fácil, pero una vez lo haga los dos planetas pueden volverse extraordinariamente productivos en su búsqueda de autorrealización. A continuación se enfatizará este camino alternativo.
Tránsitos a Urano
- Urano está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Urano forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Urano forma numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los mencionados.
Si no se cumple ninguna de estas condiciones, los efectos del tránsito pueden percibirse, pero es poco probable que sean potentes.
Como sucede con todos los planetas cuando regresan a su posición natal, los tránsitos de Urano a Urano marcan un ritmo en la vida que puede ser significativo sin ser inherentemente difícil. El significado específico de cada fase en el ciclo de 84 años se analizará más adelante. Dado que el simbolismo varía según ocurra el aspecto antes de la oposición —a comienzos de los cuarenta— o entre esa oposición y el retorno de Urano en torno a los ochenta y cinco, distinguiré el sextil de 60° del de 300°, el cuadrado de 90° del de 270° y el trígono de 120° del de 240°. Los aspectos menores se tratarán como de costumbre.
Tránsitos a Neptuno
- Neptuno se halla cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Neptuno forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Neptuno genera numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los ya citados.
Si nada de esto se cumple, los efectos pueden notarse, aunque probablemente no con fuerza.
Urano y Neptuno son planetas trascendentales: sus efectos exceden la realidad corriente. Por ello un tránsito de Urano a Neptuno natal puede manifestarse de dos modos. Ocurre algo claramente de otro mundo o irrumpe algo confuso y repentino. La segunda posibilidad a menudo inquieta, sobre todo si el tránsito es conjunción, cuadratura u oposición, aspectos que señalan cambio y flujo. Recuerde que Urano encarna cambio súbito y potencialmente disruptivo, generalmente inesperado y difícil de predecir en detalle.
La influencia de Neptuno, en cambio, rara vez es repentina. Si Neptuno le ha planteado desafíos, probablemente los ha sentido durante buena parte de su vida, aunque no pudiera rastrear su origen. Su expresión inferior incluye sensación de debilidad e incompetencia nacida de hipersensibilidad y de incapacidad para impedir que energías negativas —ambientales o interpersonales— nublen su mente. Paradójicamente, esa misma sensibilidad puede convertirse en uno de los dones de Neptuno, aunque requiere crecimiento y aprendizaje para emplearla bien. Neptuno también significa confusión, desde la ligera vaguedad hasta la profunda ilusión, es decir, todas las formas de perder contacto con la realidad. Sus energías nos llevan a preguntar qué es realmente “realidad”. Tanto Urano como Neptuno cuestionan las nociones convencionales de realidad, y la influencia de Neptuno no resulta útil para asuntos mundanos que exigen control y acción enérgica.
Cuando estos planetas interactúan conviene apartar las preocupaciones del ego ordinario y mirar la “realidad” desde otra perspectiva distinta de la que absorbió de niño o recibe de la sociedad. Eso exige calma y equilibrio, algo complicado durante estos tránsitos. En última instancia ninguno de los dos planetas es negativo por naturaleza; juntos simplemente resultan extraños y poco familiares. Cuanto antes se adapte a esa extrañeza, con más éxito navegará la experiencia.
Tránsitos a Plutón
La imagen natural de esta combinación es el terremoto. Un sismo no se produce por el deslizamiento normal de las placas, sino cuando las placas se traban, la presión crece y el bloqueo cede, liberando un gran desplazamiento. En la vida humana los tránsitos Urano-Plutón indican situaciones en las que problemas o tensiones se acumulan durante años hasta que la presión resulta irresistible y se produce el terremoto metafórico. En principio el cambio resultante podría ser beneficioso, pero sólo si las fuerzas opuestas no han resistido los ajustes necesarios en cada paso. Dos ejemplos históricos son la revolución de mediados de los sesenta, marcada por la última conjunción Urano-Plutón, y el período de 2010 a 2015, cuando formaron un cuadrado, configuración aún latente a inicios de 2018.
Los años sesenta vieron disturbios urbanos, la Nueva Izquierda, la contracultura, los Panteras Negras y otros movimientos que llevaron a algunos a temer una revolución total —aunque ninguna se materializó—. El cuadrado de principios de los 2010 trajo la Primavera Árabe, revoluciones en varios países árabes, la guerra civil siria, ISIS y la creciente polarización política en Estados Unidos. En ambas épocas los cambios largamente reprimidos estallaron sólo después de que las culturas dominantes no respondieron, produciendo hechos explosivos parecidos a un seísmo.
Los terremotos no golpean en todas partes; sólo donde las placas se traban el tiempo suficiente para que la presión se acumule. Donde las placas se deslizan sin trabarse, apenas hay temblores. La analogía se extiende a las revoluciones sociales: los cambios Urano-Plutón pueden ser benignos o incluso beneficiosos si se permite que sucedan gradualmente. Se vuelven destructivos sólo cuando el cambio se resiste demasiado tiempo. El mismo principio rige cuando Urano transita Plutón natal.
En estos tránsitos ambos planetas son lentos, de modo que la influencia dura mucho y puede sentirse intensa. Sin embargo, usted comparte la posición natal de Plutón con millones de su generación. Estas interpretaciones importan sólo si Plutón es particularmente destacado en su carta. Plutón es fuerte —y el tránsito más significativo— bajo las siguientes condiciones.
- Plutón está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Plutón forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Plutón establece numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los ya mencionados.
Si ninguna de estas condiciones se cumple, los efectos del tránsito pueden observarse, aunque es poco probable que sean intensos.
Tránsitos a Quirón
No todo el mundo siente estos tránsitos con igual intensidad. Para que sus efectos resulten apreciables, Quirón debe ocupar una posición destacada en la carta natal. Los criterios siguientes tienden a amplificar su influencia:
- Quirón está cerca del Ascendente, del Medio Cielo, del Descendente o del I.C. (los ángulos).
- Quirón forma aspectos estrechos y poderosos con el Sol, la Luna o con otro planeta situado en un ángulo.
- Quirón genera numerosos aspectos con diversos puntos de la carta además de los mencionados.
Si no se cumple ninguna de estas condiciones, los efectos del tránsito pueden notarse, aunque no serán intensos.
Tránsitos al Medio Cielo
También hay momentos en los que debe realizar cambios fundamentales en lo que hace. Simplemente no puede seguir en la misma trayectoria porque ya no refleja quién es usted en verdad. Los tránsitos de Urano al Medio Cielo natal suelen señalar esos momentos, o al menos insinúan con fuerza que se necesita un cambio. El simbolismo central aquí es que los objetivos y propósitos a largo plazo pueden tener que ceder ante la verdad de su identidad, por muy válidas que parezcan sus actividades actuales. Los ajustes resultantes pueden abarcar desde revisiones drásticas hasta correcciones de rumbo más modestas pero significativas.
El Medio Cielo y su punto opuesto, el I.C., describen también la relación con los padres y las figuras de autoridad y las bases que usted asienta en la vida personal y en el hogar. Estas áreas pueden sufrir cambios radicales durante los tránsitos Urano-Medio Cielo. La dificultad que experimente será proporcional a la rigidez con la que haya fijado su mirada en una meta y a la distancia entre esa meta y su yo auténtico.
Tránsitos al Ascendente
Estos cambios suelen caer en dos categorías. Primero, puede sentir un fuerte impulso de liberarse cuando la vida se vuelve demasiado reglamentada. Segundo, los acontecimientos del mundo exterior pueden parecer obligarle a un cambio importante. El primer caso suele ser sencillo; el segundo puede resultar desconcertante, como si un piano cayera de una ventana y casi le golpeara. Tal vez no haya forma evidente de que usted “provocó” el evento, y preguntarse cómo lo hizo puede volverse tan abstracto que sea inútil para la vida práctica.
En resumen, esfuércese por comprender los sucesos Urano-Ascendente que pueda entender y no se obsesione con los que no, salvo que observe un patrón repetido. En ese caso, preste atención. Por ejemplo, si sale de casa y sufre un accidente que le hiere gravemente, el incidente acabará revelando de qué modo le empujó a redefinir su vida, y ese entendimiento debe ser su objetivo. Pero si los pequeños percances ocurren constantemente —la proverbial cáscara de plátano siempre bajo su pie—, ha llegado el momento de examinar los patrones de conducta que invitan a esos accidentes. Sencillamente, no está prestando suficiente atención a lo que hace.
Tránsitos a los Nodos Lunares
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Acerca de Robert Hand
Robert Hand es uno de los astrólogos más conocidos y prestigiosos del mundo. Tiene un especial interés en las dimensiones filosóficas de la astrología y está muy dedicado a la programación informática. Actualmente trabaja en Arhat Media como editor, traductor y editor de antiguos escritos astrológicos. Rob Hand vive en Las Vegas, Nevada, EE. UU.
Rob se graduó con honores en historia en la Universidad de Brandeis y realizó estudios de posgrado en Historia de la Ciencia en Princeton. Comenzó a ejercer la astrología en 1972 y, a medida que tuvo éxito, empezó a viajar por todo el mundo como astrólogo profesional a tiempo completo. En 2013, la Universidad Católica de América le otorgó el título de doctor en filosofía (Ph. D.).
Robert Hand, autor en Astrodienst
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(Fuente de la imagen: Wikipedia, © CC 3.0)
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