Los tránsitos de los planetas

Tránsitos de Júpiter



Tránsitos a la Luna

En la astrología tradicional, la Luna y Júpiter se consideraban amigas. Esto significaba que cualquier combinación entre ellas solía ser positiva y benévola. Una afirmación tan general es, casi con certeza, una exageración. Aun así, cuando Júpiter en tránsito forma aspecto con la Luna natal, la experiencia suele ser muy agradable, emocionalmente gratificante y, por lo general, positiva. En parte se debe a que la Luna y Júpiter comparten la cualidad de lo Húmedo. Además, Júpiter es moderadamente Caliente, mientras que la Luna oscila entre moderadamente Caliente y moderadamente Fría, según su fase con el Sol.

La Luna es el planeta más personal, pues rige la vida emocional interna, el hogar, los orígenes y los vínculos basados en el sentimiento más que en la lógica. Podría pensarse que no funcionará bien con un planeta de nivel interpersonal como Júpiter. Sin embargo, la energía lunar puede actuar a nivel interpersonal, aunque no con la perspectiva racional de Júpiter. Por el contrario, Júpiter no rinde igual en lo puramente personal. En consecuencia, la buena combinación de ambas energías depende del equilibrio entre ellas y, si no lo hay, de cuál predomina.

Cuando existe equilibrio, algo que suele darse si Luna y Júpiter tienen dignidad o un aspecto armónico, la energía joviana eleva la lunar al nivel interpersonal. Aparecen la nobleza de sentimientos, la generosidad y la disposición a perdonar y a mejorar la situación de quienes necesitan perdón. Si la Luna domina, por ejemplo por mayor dignidad, existe riesgo de auto-indulgencia emocional. Se siente que el mundo debe satisfacer todas las necesidades afectivas. Aunque esto no es el resultado más habitual de los tránsitos de Júpiter a la Luna, en los textos siguientes se mostrarán ejemplos tanto positivos como negativos.

Tránsitos a Mercurio

Júpiter y Mercurio se complementan en muchos aspectos y se oponen en otros. Aun así, deben cooperar para que la vida funcione del mejor modo posible. Júpiter es de naturaleza Caliente y Húmeda. Mercurio, a veces, se describe con cualidades parecidas, aunque en menor grado. En realidad, Mercurio suele asumir las características de los planetas con los que se relaciona. Si el contacto Júpiter-Mercurio es favorable, colaboran muy bien: Júpiter aporta la estructura global del sistema y Mercurio, la relación entre las partes. El conflicto proviene de que Júpiter adopta la visión amplia y Mercurio, la visión detallada.

En la clasificación Personal-Interpersonal-Trascendente, Mercurio funciona bien en todos los niveles, aunque es básicamente personal. Júpiter es interpersonal. Por ello, no hay conflicto necesario, salvo por el distinto nivel de escala: el de las partes frente al del conjunto.

Cuando cooperan indican inteligencia y sabiduría, así como agudeza mental. A nivel social representan los negocios en todas sus formas: comercio, banca, finanzas, etc. También simbolizan la sabiduría profunda, aunque Júpiter se inclina a la metafísica y Mercurio, a la lógica.

Tránsitos a Venus

Esta combinación une al “benéfico mayor”, Júpiter, con el “benéfico menor”, Venus. Tradicionalmente se la considera una de las más afortunadas y agradables. Júpiter es un planeta interpersonal que integra al individuo en el orden social. Venus es personal, pero vinculada por naturaleza a las relaciones interpersonales.

Normalmente esas relaciones son de uno a uno. Las funciones venustianas son la felicidad personal, el amor y la experiencia de la belleza y la armonía. Es fácil ver que el impulso interpersonal de Júpiter eleva la energía venusina. Según la teoría de los cuatro cualidades, Venus es Caliente y Húmeda; Júpiter también. La diferencia es que Júpiter es más Caliente y Venus más Húmeda. Por eso Júpiter tiende a la actividad y Venus al sentimiento.

¿Qué puede fallar? Cada energía puede distorsionar a la otra si no hay equilibrio. El amor de Júpiter se acerca a la philia y a la agape griegas. Venus simboliza Eros, el deseo sexual. A veces el amor erótico interfiere en la amistad y en la agape. Si las formas de amor jupiterinas se hacen más fuertes, Eros puede quedar reprimido.

También existe el peligro de que los lazos interpersonales de Júpiter se subordinen a los fines puramente personales de Eros. De ahí surgen, por ejemplo, el uso de la sexualidad para escalar posiciones de poder.

Además, las combinaciones Júpiter-Venus pueden derivar en auto-indulgencia, semejante a la de las malas combinaciones Júpiter-Luna. Igualmente pueden originar afán de posesión y búsqueda de riqueza.

Tránsitos al Sol

La energía de estos tránsitos oscila entre dos extremos. En el nivel más alto, simboliza la realeza: nobleza, sentido del deber y obligación hacia el pueblo, y la idea de que el monarca debe encarnar las cualidades de la nación. En muchos idiomas la palabra rey procede de raíces relacionadas con regular y dirigir. En los idiomas germánicos, rey se relaciona con parentesco; el monarca representa el parentesco de todo el pueblo.

En el extremo opuesto, esta combinación describe al ególatra rampante, que se cree con derecho a todo, sin importar el daño ajeno. En grado menor se ve en quien siempre quiere ser el centro de atención. Se asocia a Leo, pero es más típico de un Júpiter-Sol negativo.

El Sol actúa bien en los niveles personal, interpersonal y trascendente, aunque puede manifestarse negativamente en lo personal. Júpiter funciona mejor en los niveles interpersonal y trascendente. Ambos representan sabiduría y nobleza. El Sol no es sólo energía masculina; está disponible por igual para ambos sexos.

Júpiter es Caliente y Húmedo; el Sol, Caliente y Seco. Por ello, la combinación equilibra Humedad y Sequedad y es muy Caliente. La Humedad de Júpiter permite que esta energía represente los lazos de parentesco que unen al pueblo y la cultura que los integra.

Tránsitos a Marte

Los tránsitos de Júpiter a Marte natal suelen asociarse a buena fortuna, aunque el término exacto sería “actividad afortunada”. A veces la actividad deriva de una decisión previa; otras, acaba de empezar. Por ejemplo, uno de los indicadores de parto, sobre todo en la carta de la madre, es una combinación Júpiter-Marte. Júpiter rige a los hijos y Marte la actividad muscular del parto. Curiosamente, la misma combinación se ve en matrimonios y relaciones comprometidas, pues estas se celebran bajo auspicios afortunados.

Cualquier actividad orientada al crecimiento personal o al éxito requiere esfuerzo y entra dentro de esta combinación. El tránsito, por sí solo, no garantiza el éxito, pero es un excelente comienzo.

Júpiter es Caliente y Húmedo; Marte, Caliente y Seco. Para Ptolomeo, lo mejor que puede pasarle a Marte es encontrar Humedad, que equilibra su Sequedad excesiva. Mientras la energía joviana domine, Marte funciona bien. Una buena combinación Júpiter-Marte se parece a una buena Júpiter-Sol.

Júpiter y Marte pertenecen al nivel interpersonal. La verdadera función de Marte es anteponer los intereses del colectivo a los personales; así no es maléfico. Si estas energías se arrastran al nivel personal para servir al ego, los resultados son desafortunados para los demás y, a la larga, para quien lo hace.

Tránsitos a Júpiter

El ciclo de Júpiter en tránsito sobre el Júpiter natal es el primero de los ciclos largos que implican planetas exteriores. Dura unos doce años. Divide la vida en periodos de doce años, cada uno con su tema y su lugar en el desarrollo personal. Estos ciclos son menos visibles que los de Saturno, Urano o Neptuno, porque no suelen sincronizarse con ellos.

Aun así, no son triviales. Cuando coinciden fases de estos ciclos con fases de otros planetas exteriores, marcan hitos. Por ejemplo, la adolescencia ocurre entre la primera conjunción Júpiter-Júpiter (12 años) y la oposición de Saturno a Saturno natal (14 años). Otro punto crucial es a los 22-24 años, cuando se juntan cuadraturas de Saturno y Urano y la segunda conjunción Júpiter-Júpiter.

Júpiter, equilibradamente Caliente y Húmedo, es benéfico. Por eso rige etapas de crecimiento que llevan a la auto-realización.

Los tránsitos Júpiter-Júpiter pueden resultar difíciles según la situación natal de Júpiter. Por ejemplo, la adolescencia es compleja, pero marca el inicio de la adultez fisiológica.

Cada conjunción de Júpiter en tránsito con Júpiter natal indica fin de una fase y comienzo de otra. La primera, a los 12, señala la transición de la niñez a la adolescencia. La segunda, a los 23-24, marca el paso a la adultez temprana. La tercera suele coincidir con el punto álgido de la vida creativa y profesional.

Tránsitos a Saturno

En la antigüedad, los ciclos Júpiter-Saturno eran los ritmos más importantes en la historia de la civilización. En la carta natal también son relevantes, aunque no tan centrales como en la vida colectiva.

Júpiter simboliza crecimiento, expansión e integración. Saturno representa estructura, definición y límites. En el cuerpo, Saturno rige los huesos; Júpiter, los tejidos que integran el organismo.

La combinación Júpiter en tránsito con Saturno natal refleja cambios estructurales que favorecen el progreso sin destruir las bases de la vida. El miedo al cambio proviene de esta interacción. Si Júpiter domina sin Saturno, el crecimiento acaba colapsando. Si Saturno domina sin Júpiter, hay estancamiento y muerte.

Júpiter es Caliente y Húmedo; Saturno, Frío y Seco. Son opuestos complementarios. El Frío excesivo de Saturno exige que la energía joviana sea algo más fuerte.

Lo más habitual es que estos tránsitos indiquen cambios estructurales: carrera, dirección vital, mudanzas, etc.


Nota: no todo el mundo siente estos tránsitos con igual intensidad. Saturno natal permanece unos dos años y medio en un signo, por lo que las personas nacidas cerca comparten su posición. Los efectos serán más visibles cuando:

  1. Saturno esté cerca del Ascendente, Medio Cielo, Descendente o I.C. (ángulos).
  2. Saturno forme aspectos estrechos con el Sol, la Luna o un planeta situado en un ángulo.
  3. Haya muchos planetas o puntos importantes en Acuario o Capricornio.
  4. Saturno forme numerosos aspectos con otros puntos de la carta.

Si no se cumple ninguna condición, los efectos serán perceptibles pero no muy fuertes.

Tránsitos a Urano

Este ciclo une a Júpiter, planeta interpersonal, con Urano, planeta trascendental. Suele considerarse el más fácil de estos contactos, aunque nunca es totalmente predecible. La imprevisibilidad es rasgo esencial de Urano. Además, al provenir de niveles distintos, Júpiter debe elevarse por encima de su plano habitual.

La cualidad de Urano como “repentino” implica que los cambios surgidos de estos contactos aparecen sin aviso. Tanto Urano como Júpiter se relacionan con el rayo, símbolo de ruptura del orden normal.

En la carta, Urano natal muestra en qué aspectos la persona es una “mutación” en sentido positivo. Puede indicar talentos inéditos. También señala la parte que se niega a conformarse, lo que puede dificultar las relaciones.

Júpiter es Caliente y Húmedo; Urano, Caliente y Seco, con gran intensidad. Esto explica su posible carácter maléfico cuando se expresa sin control.


Nota: Urano natal tarda unos seis años en recorrer un signo. Por ello, los nacidos en fechas próximas lo tienen en posiciones semejantes. Los efectos serán notables cuando:

  1. Urano esté en un ángulo.
  2. Urano forme aspectos estrechos con Sol, Luna o un planeta angular.
  3. Urano forme muchos aspectos con otros puntos.

Si no se cumple ninguna condición, los efectos serán perceptibles pero poco intensos.

Tránsitos a Neptuno

Este ciclo combina a Júpiter, planeta interpersonal, con Neptuno, planeta trascendental. Puede ser bello y agradable, pero también confuso hasta rozar lo ilusorio. Ambos despiertan idealismo y deseo de mejorar la realidad. Júpiter opera dentro de lo que la sociedad acepta como real. Neptuno cuestiona la misma definición de realidad.

Neptuno no sólo confunde la frontera entre real e irreal, sino que lleva a dudar de que esa frontera exista. Para la conciencia neptuniana, el mundo práctico puede parecer ilusorio.

Ambas energías elevan la conciencia y fomentan el idealismo. Júpiter integra al individuo en la sociedad. Neptuno trasciende el ego.

Desde la perspectiva de las cuatro cualidades, Neptuno es Frío y Húmedo. Baja el nivel de energía (Frío) y disuelve las distinciones (Húmedo). La Luna comparte en parte estas cualidades y, en nivel trascendental, es afín a Neptuno.

El reto de los contactos Júpiter-Neptuno es distinguir lo real de lo irreal. Pueden ir desde la esperanza del jugador a la experiencia mística más elevada. Para una mente demasiado práctica, todo esto parece ilusión; para la conciencia neptuniana, lo ilusorio es lo práctico. Por ello, la integración de ambas energías exige gran equilibrio.


Nota: Neptuno natal tarda unos trece años en cruzar un signo. Los efectos serán notables cuando:

  1. Neptuno esté en un ángulo.
  2. Neptuno forme aspectos estrechos con Sol, Luna o un planeta angular.
  3. Neptuno forme muchos aspectos con otros puntos.

Si no se cumple ninguna condición, los efectos serán perceptibles pero poco intensos.

Tránsitos a Plutón

Esta combinación posee un enorme potencial positivo, aunque mal empleada puede ser destructiva. Júpiter integra al individuo en los colectivos. Plutón, planeta trascendental, actúa como fuerza de la naturaleza: lenta, poderosa e irresistible.

La energía plutoniana no es sólo destructiva; también puede ser instructiva. Un ejemplo es el movimiento de las placas tectónicas: lento, imparable y, si se bloquea, produce terremotos o volcanes.

Juntas, estas energías señalan transformaciones beneficiosas, curación y renovación. Pero también pueden manifestarse como choque entre fuerzas naturales y normas sociales, provocando catástrofes cuando los colectivos no afrontan esas fuerzas.

En el individuo, Plutón simboliza la inevitabilidad del proceso de sanación, y Júpiter, el poder de integración. Por eso, esta combinación se halla en terapias exitosas.

Si se intenta usar la energía plutoniana para beneficio personal, el orden social (Júpiter) reacciona. Arrastrar a Plutón al nivel personal es lo peor que puede hacerse.

Plutón, como Mercurio, no tiene cualidad propia clara; tiende a convertir la cualidad en su opuesto, encarnando la transformación.


Nota: Plutón natal puede tardar de trece a treinta y dos años en cruzar un signo. Los efectos serán notables cuando:

  1. Plutón esté en un ángulo.
  2. Plutón forme aspectos estrechos con Sol, Luna o un planeta angular.
  3. Plutón forme muchos aspectos con otros puntos.

Si no se cumple ninguna condición, los efectos serán perceptibles pero poco intensos.

Tránsitos a Quirón

Júpiter y Quirón son energías muy compatibles. Para que den lo mejor, cada una debe mostrar su aspecto equilibrado. Júpiter, moderadamente Caliente y Húmedo, es benéfico cuando esas cualidades están en balance. Si no, se vuelve egoísta y grandioso. Quirón también tiene dos caras. Cuando promueve la curación, es Húmedo; cuando muestra la herida, es Seco. La combinación debe ser moderadamente Húmeda y algo Caliente. Así, Quirón se asimila a Júpiter y éste mantiene su equilibrio. El resultado es una de las mejores indicaciones de curación e integración.


No todo el mundo siente estos tránsitos con igual fuerza. Para que se noten, Quirón debe estar destacado:

  1. Cerca de un ángulo.
  2. Con aspectos estrechos al Sol, la Luna o un planeta angular.
  3. Con muchos aspectos a otros puntos.

Si no se cumple ninguna condición, los efectos serán perceptibles pero poco intensos.

Tránsitos al Medio Cielo

Los tránsitos de Júpiter al Medio Cielo natal (y al Ascendente) muestran dónde se dirigirá la energía joviana. El MC describe la orientación de esa energía: dirección vital, carrera, padres, hogar, etc.

Por su naturaleza Caliente y Húmeda, Júpiter suele traer crecimiento y fructificación cuando pasa por el MC.

El ciclo completo dura doce años y comienza en la conjunción con el I.C., punto opuesto al MC, y culmina cuando Júpiter cruza el MC.

Se habla de “carrera” y “dirección vital” porque la auténtica función del MC es mostrar el propósito general de la vida. Si el trabajo no expresa ese propósito, lo representa más bien la casa VI.

Tránsitos al Ascendente

Este es un ciclo de doce años de Júpiter alrededor de la carta, comenzando en el grado ascendente. Se parece al tránsito de Júpiter por las casas, pero sus efectos son más breves porque afectan sólo al grado del Ascendente.

Es un ciclo en el que uno se expande y participa en los distintos ámbitos de la vida. El Ascendente y la casa I representan la parte de la psique que se muestra al mundo y con la que se interactúa. Está muy vinculado al ego y la personalidad.

La función de Júpiter es integrarte en los colectivos: trabajo, comunidad, nación, planeta. Cuanto más auténtico seas y más contribuyas, mayor será la recompensa. Si el trabajo no te gusta o no encaja contigo, la calidad y la recompensa disminuyen.

Tránsitos a los Nodos Lunares

Este ciclo puede ser muy importante. Júpiter es un planeta social. Los Nodos Lunares representan la formación y uso de redes sociales. La relevancia del ciclo depende de la posición de los Nodos respecto a los ángulos y de la implicación de Júpiter con el Nodo Norte. Cuando Júpiter transita los Nodos natales se inician, culminan e integran procesos sociales, especialmente cuando Júpiter está conjunto al South Bending, la cuadratura 270° al Nodo Norte.

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Acerca de Robert Hand

Robert Hand es uno de los astrólogos más conocidos y prestigiosos del mundo. Tiene un especial interés en las dimensiones filosóficas de la astrología y está muy dedicado a la programación informática. Actualmente trabaja en Arhat Media como editor, traductor y editor de antiguos escritos astrológicos. Rob Hand vive en Las Vegas, Nevada, EE. UU.

Rob se graduó con honores en historia en la Universidad de Brandeis y realizó estudios de posgrado en Historia de la Ciencia en Princeton. Comenzó a ejercer la astrología en 1972 y, a medida que tuvo éxito, empezó a viajar por todo el mundo como astrólogo profesional a tiempo completo. En 2013, la Universidad Católica de América le otorgó el título de doctor en filosofía (Ph. D.).


(Fuente de la imagen: Wikipedia, © CC 3.0)

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