Venus Revisitada

Segunda parte, por Dana Gerhardt

El ángel más oscuro de nuestra naturaleza

Venus sugiere vestidos vaporosos, risas como la música y una sensual facilidad para la vida. Es receptividad femenina, belleza y gracia, a menos que hable con un astrólogo, para quien Venus, el planeta, es sobre todo símbolo de amor y dinero. Pero, ¿son exactas estas asociaciones? ¿Cuál es nuestra experiencia real del arquetipo de Venus? ¿Y cuál es su correlación con su posición en la carta astral? Esta pregunta inspiró un proyecto de investigación de dos años (véase la primera parte de "Venus revisitado" en el número anterior), en el que comparé las posiciones de Venus de 426 personas con sus respuestas a un cuestionario exhaustivo que indagaba en todas las facetas de la experiencia de Venus: amor, relaciones, gustos estéticos, creatividad, finanzas, sexo, penas y felicidad. En una encuesta tras otra, se puso de manifiesto que, junto al Venus armonioso, amoroso y sensual, había otro más nervioso, conflictivo e incluso divisivo.

Es esta otra Venus, como en el viejo chiste de Flip Wilson, "El diablo me obligó a hacerlo", la que inspira nuestras decisiones más cuestionables, las que evocan dolor y confusión, incluso cuando alteran irrevocablemente nuestras vidas. Es el ángel más oscuro de nuestra naturaleza, lleno de deseo, que prefiere la excitación a la paz, que nos empuja a lanzarnos por el precipicio del statu quo. Si esta otra Venus fuera la heroína de una novela romántica, su historia podría comenzar con el siguiente párrafo (escrito por una Venus en Piscis de 5ª casa):

Algo indescriptible se ha apoderado de sus sentidos. Con el dolor en lo más profundo de su corazón, el calor de la chimenea es inapropiado, demasiado cálido y acogedor. Fuera, el aullido del viento hace que las olas del mar pasen de un suave vals a un apasionado y agresivo tango. Le entran ganas de dejarse acariciar violentamente por el viento. Coge su chal más grueso y se dirige al borde del acantilado, donde el viento sopla con toda su intensidad. Las olas la alcanzan, rociándole la cara con agua salada. El viento tira de su ropa y de su pelo, tan agitados como su corazón. Aún así, hay tanta belleza que ver, incluso ahora.

Los astrólogos no necesitan buscar entre los asteroides o en los confines del sistema solar para localizar a esta diosa más tumultuosa. Como receptividad femenina, Venus significa nuestra capacidad de abrirnos a la vida. Esto conlleva deleite, pero también vulnerabilidad, penetración y dolor, e incluso eso, según los estándares de Venus, puede ser hermoso. La diosa que anhela el placer y la pasión ama la variedad y la intensidad, lo que puede ser estimulante. También es perturbadora, pues inspira elecciones que nos avergüenzan o humillan, nos envía a amantes que no son buenos para nosotros, a orgías de consumo de las que luego nos arrepentimos, estimula los celos, la inadecuación y el miedo a la pérdida. Como arquetipo, Venus traza nuestra ruta hacia la felicidad. Pero se niega a tomar sólo caminos seguros y bien iluminados. Por su propia naturaleza, nos lleva a la oscuridad.

Las antiguas culturas celestes lo comprendían y observaban su ciclo con una mezcla de reverencia, asombro y temor. Al ser nuestra estrella más cercana y brillante, su influencia era innegable. Para los mayas, sumerios, babilonios y muchas culturas indígenas, su ciclo demostraba la iniciación chamánica y el cambio, ya que se transformaba de estrella de la mañana a estrella de la tarde y viceversa, desapareciendo en el inframundo entre medias. (1) La visión moderna de Venus como promesa de alegría constante revela nuestra desconexión con la demostración del proceso del cielo.

Las dos quejas más frecuentes de la gente sobre su Venus es que no les ha traído amor eterno ni montones de dinero. Pero son promesas de astrólogos. Nunca he leído un mito de Venus/Afrodita que muestre a la diosa contando montones de dinero o declarando su fidelidad a un amor verdadero. Es sexy y creativa, pero también inteligente, curiosa y promiscua. Cuando sólo queremos a la "Venus feliz", tendemos a recrear el mito de Pandora. Según cuenta Hesíodo, Pandora fue la primera mujer. Fue encargada por Zeus como castigo por el robo de Prometeo. Formada por Hefesto a partir de agua y tierra, y bendecida con regalos de todas las divinidades, incluido el deseo y la gracia de Afrodita, Pandora llegó con un frasco que le habían dicho que no abriera. La curiosidad se apoderó de ella y se asomó bajo la tapa, dejando salir todos los males del mundo. Podemos llevarnos una sorpresa parecida, cuando esperamos robar sólo las cosas buenas de Venus. Inevitablemente, liberamos su sombra.

La misoginia del relato de Hesíodo es inconfundible. Las feministas lo ven como un ataque más en la guerra del patriarcado contra lo femenino. Hesíodo probablemente revisó un mito anterior de la diosa, en el que la primera mujer llegó portando una vasija que no contenía el mal, sino los misterios femeninos, poderes asociados con la intuición, el sueño y la profecía, así como con el inconsciente y lo fértil desconocido. Las primeras diosas de la fertilidad eran la matriz de la que brotaba toda la vida. Pero en los panteones patriarcales, fueron despojadas de su plenitud y escindidas en múltiples diosas con poderes menores. Para entender cómo actúa Venus en nuestras cartas, debemos volver a conectarla con su linaje matriarcal. Debemos verla como una fuerza de la naturaleza. Es una flor perfumada que atrae a los amantes y a las abejas, y también un terremoto o un huracán. No siempre está a salvo. Su fertilidad puede inspirar la creatividad artística, una unión sexual que produzca un hijo o una experiencia que nos choque y nos obligue a crecer. Como receptividad femenina, Venus nos lleva al límite, al borde del crecimiento; el dolor que trae consigo es generativo. Como escribe la psicóloga y escritora Ginette Paris, Afrodita. "No es sólo una fuente de alegría, sino un camino de conocimiento interior". (2)  En otras palabras, aporta algo más que amor y dinero. Nos sumerge en la vida.

Interludio técnico

El signo o la casa de una persona pueden sugerir qué caminos oscuros puede recorrer Venus. Pero las colocaciones más elocuentes suelen ser los aspectos de Venus: conjunciones, cuadraturas, oposiciones, trígonos y sextiles de otros planetas. Compartiré algunas citas e historias, pero antes debo confesar mi método. Si te preocupa poco la precisión técnica, pasa de largo. Siempre he sido muy quisquilloso con los orbes cerrados, y mi maestro me enseñó a reducir las cartas a aspectos menores, armónicos y puntos medios. La mayoría de los días, incluso, desapruebo el sistema de "alfabeto" que establece equivalencias entre signos, casas y planetas. (3) Empecé mi investigación sobre Venus con elaboradas hojas de trabajo para calibrar las características técnicas de cada carta. Esto habría estado bien si hubiera conseguido los 30-50 participantes que esperaba, pero con 426, se convirtió en algo abrumador. No tuve más remedio que recurrir a técnicas intuitivas (que, por supuesto, son más venusinas).

Trabajar intuitivamente significa escuchar. Leí los cuestionarios de los encuestados y escuché los patrones, luego observé cómo las palabras coincidían o no con las cartas. Reuní a todos los Venus sagitarianos, o el grupo de Venus de la casa 8, y busqué similitudes entre ellos. También era importante lo que la gente no decía. De hecho, más de una castaña de la astrología se disolvió de esta manera. Una de las primeras en desaparecer fue "los celos son una aflicción de Venus y Escorpio" (o una influencia de Plutón y la casa 8). Cuando más de la mitad de mis encuestados admitieron tener problemas con los celos, se confirmó que se trataba de un rasgo genérico de Venus; no sólo es tonto, sino inexacto limitarlo a un solo signo. Lo más emocionante fue oír que, efectivamente, había similitudes que unían a cada grupo de Venus y los diferenciaban de los demás. Las Venus de Acuario tenían aspiraciones amorosas similares, a diferencia de las Venus de Cáncer. Incluso después de veinte años practicando la astrología, ¡siempre me emociona y me sorprende un poco que la astrología funcione!

Sin embargo, la lectura de los cuestionarios también me trajo importantes momentos de confusión, cuando oía la inconfundible nota de un planeta que no estaba conectado al árbol de Venus. Un Venus conjuntado con Marte se quejaba más de una vez de desesperación o baja autoestima y yo esperaba ver a Saturno agitando su mano sombría sobre Venus o Marte, pero no estaba allí. Aunque mis preguntas se centraban en asuntos de Venus, nada impedía que el Sol o la Luna o cualquier otra cosa respondieran. Y a veces era ahí donde se escondía el aspecto de Saturno. Pero cualquier cosa importante en una carta se dice al menos tres veces. Cuando levanté los ojos y los enfoqué más suavemente, apareció toda una nueva red de relaciones venusinas. A menudo, un planeta influía en Venus a través de un aspecto cuyo orbe era de poco más de diez grados o incluso más amplio. A veces, un planeta exterior cuya única conexión con Venus era ocupar el mismo signo, a veinte grados de distancia, seguía figurando en la historia de Venus de esa persona. Estos aspectos amplios y descuidados a menudo hablaban más alto que los menores y estrechos, como los quintiles o biquintiles con un orbe de un grado.

He conocido astrólogos que interpretan los aspectos por el signo y no por el orbe (por ejemplo, cualquier planeta Tauro en cuadratura con cualquier planeta Acuario, sin importar sus grados). Esta práctica me hacía poner los ojos en blanco. No esperaba que estudiar tantas cartas de esta forma tan centrada relajara mi precisión astrológica, pero así ha sido. Quizá sea sólo la fantasía del técnico de que los dioses se mantengan dentro de unos límites numéricos discretos. Las vidas reales son confusas. Los bordes arquetípicos se mezclan y difuminan. Ahora me siento más cómodo con el sistema alfabético. He visto con qué vigor funciona. Un Venus de la casa IX puede ser como un Venus en Sagitario o en aspecto con Júpiter. También he descubierto que la naturaleza particular de un aspecto -ya sea una cuadratura, un trígono o una sesquicuadratura- puede tener menos importancia de la que se le suele dar. En la vida real, una cuadratura puede no ser tan diferente de una conjunción. Lo que importa es que los planetas están conectados. Entre los encuestados cuyo Venus aspectaba a la Luna, escuché temas similares, tanto si los planetas estaban unidos por conjunción, trígono u oposición. El funcionamiento de los planetas parecía tener más que ver con los antecedentes de la persona y su voluntad de crecer, un misterio que a menudo supera a las matemáticas. 

He tenido deseos sensuales incluso antes de saber lo que era el sexo. Cuando sólo tenía cuatro años, mi madre me llevó a la playa. Una vez instalada, se dio cuenta de que mi atención se había centrado en un hombre increíblemente guapo que tomaba el sol cerca de nosotras. De repente me levanté y fui directa hacia ese hombre, me arrodillé a su lado, le acaricié suavemente desde la parte superior del muslo hasta la rodilla y le dije: "Hmmm, hueles a hombre". Mi madre estaba horrorizada. Siempre he pensado en los chicos, pero curiosamente el "sexo" me daba miedo. Fui virgen hasta los 19 años. Mis relaciones han sido un desastre. Como he estado sola desde los 16 años, creo que he confundido amor y seguridad, conformándome con lo segundo porque no sentía que pudiera hacerlo mejor. Me siento muy acomplejada por mi cuerpo, no me gusta estar desnuda. No quiero sentir vergüenza, pero la siento; sin embargo, cuando estoy excitada y durante las relaciones sexuales, esto desaparece. Ya no temo no ser perfecta. Mi diosa interior se apodera de mí y me siento de maravilla sin ropa. (Venus cuadratura con la Luna)

El lado oscuro del aspecto Luna/Venus se remonta al Monte Olimpo, donde lo Femenino dividido empezó a pelearse consigo mismo. La competencia entre Hera, reina del cielo, y la diosa del sexo Afrodita desencadenó no sólo la Guerra de Troya, sino también una fricción inconsciente entre la crianza y el sexo, o la seguridad de las relaciones y su lujurioso placer. Podemos entender el horror de una madre ante el temprano despertar sexual de su hija, pero la reacción puede inspirar a una niña a volverse contra sí misma, sintiéndose culpable de sus sentimientos sexuales o aprendiendo a comprometer el deseo por compromisos seguros. Muchos con este aspecto luchan contra su cuerpo: "No es perfecto", "Es asqueroso" o "Me recuerda al de mi madre". Cuentan historias de sentirse criticadas por su madre o avergonzadas por su propia coquetería. Están en primera línea de lo que es un dilema cultural más amplio, en el que lo femenino dividido se manifiesta en forma de trastornos alimentarios, incapacidad de las mujeres para compartir el poder con otras mujeres u hombres que confunden a sus esposas con madres a las que deben escabullirse con sus amantes.

Muchas personas con Luna/Venus sienten una dulce conexión con sus madres, aunque la relación sea a veces díscola. Una influencia femenina positiva -una madre, tía o abuela que sea capaz de contener a Hera y Afrodita con facilidad- puede ayudar a dar a este aspecto una hermosa expresión: segura, creativa, sensible, sensual y nutritiva. La misión del alma de Venus/Luna es reunir lo Femenino en su plenitud original. Amar el cuerpo y reclamar su carácter sagrado puede ser un paso importante hacia la integración de estas dos potencias femeninas. Éste fue un descubrimiento importante para una cuadratura Luna/Venus de mi estudio:

Aprendí una valiosa lección durante unas vacaciones de verano en Brasil cuando tenía 17 años. En Río andan prácticamente desnudos por la calle. Los hombres llevan esos minúsculos bañadores Speedo y las mujeres de todas las formas, edades y tallas llevan bikinis o tangas de 2 piezas, y nadie las mira ni un segundo. Se sienten tan libres con sus cuerpos. Reflexioné sobre ello. Después de la conmoción inicial, me di cuenta de la belleza del cuerpo humano y de las diferentes formas que adopta. Si a alguien no le gusta, que mire para otro lado.

Venus despierta en el cuerpo de forma natural, a veces antes de la edad culturalmente aceptada, pero cuando está en aspecto con Plutón, puede haber una iniciación no deseada. Sería irresponsable e incorrecto decir que toda conexión Venus/Plutón indica abuso sexual. Sin embargo, al igual que Plutón secuestrando a Perséfone en el inframundo, puede haber una conciencia prematura y no deseada del sexo, demasiado grande para que la inocencia la procese completamente. Este es otro aspecto que puede conllevar vergüenza con el cuerpo, o una sensación de estar dañado de alguna manera. Con Venus/Plutón, es casi como si faltara una capa de protección, lo que intensifica la vulnerabilidad y eleva el voltaje de las emociones. Este aspecto tiene una gran fuerza, pero al principio su sensibilidad puede inspirar extremos de encerrar a Venus o lanzarla a los lobos.

¿Qué aprendí sobre el amor antes de los cinco años? Que no me querían, que no me deseaban. De alguna manera, el sexo estaba mezclado con eso, pero no entiendo muy bien cómo. A los nueve años abusaron sexualmente de mí, pero sólo sé que no fue la primera vez y tengo extraños fragmentos de recuerdos. Aprendí que el sexo podía comprarme una ilusión de amor. Sigue siendo muy difícil confiar en el amor, incluso después de años de terapia. Una vez, a pesar de mi buen juicio, me involucré con un hombre escalofriante (intensamente posesivo y muy deshonesto) bastante rápido después de separarme de mi ex marido. Nuestra relación sexual era apasionada y a veces oscura (con sadomasoquismo), lo que resultaba excitante, perturbador y a veces, hacia el final, aterrador. Yo era la masoquista de la relación en muchos aspectos, incluido el sexual. Tras el fin de la relación (que fue muy doloroso, porque había llegado a "amarle"/necesitarle...), ¡decidí poner orden en mi cabeza! (Venus opuesto a Plutón)

Cuando uno viaja por el inframundo, ayuda tener un guía. Una experiencia dolorosa de Venus/Plutón puede ser el catalizador para buscar asesoramiento, unirse a grupos de apoyo o asistir a talleres que conduzcan a una mayor comprensión de uno mismo y de los demás, identificando motivaciones más profundas y patrones inconscientes. Algunas de las historias más dramáticamente dolorosas de pérdida, abuso y traición fueron contadas por los Venus/Plutón de mi estudio, aunque también mostraban la fortaleza del superviviente y una aguda conciencia de sí mismo. Es útil recordar que, en el mito, Perséfone se convierte en Reina. Podríamos decir que aprende a proteger sus tesoros con cuidado, revelándolos sólo a aquellos dignos de su confianza. Con maestría, inspira a los demás con su autenticidad emocional, su disposición a enfrentarse a lo desconocido, su habilidad para limpiar el pasado y liberarse de las relaciones que ya no le sirven.

Los libros de astrología ponen grandes expectativas en los aspectos Venus/Júpiter. Esta conjunción se considera la más afortunada de todas las combinaciones planetarias, ya que trae abundancia, suerte y popularidad. El lado oscuro de ésta y otras combinaciones Venus/Júpiter suele ser la indulgencia excesiva -comer, beber o gastar demasiado- o el juicio prepotente y la hipocresía. Entre los Venus/Júpiter de mi estudio e incluso entre los que he conocido, no he visto a menudo estos extremos altos o bajos. Zeus el filántropo y Afrodita la promiscua tenían fama de indulgentes. Pero en otros mitos, eran padre e hija, y Zeus elevaba a Afrodita a la categoría de deidad, protegiéndola o dominándola alternativamente. Esta cualidad de "elevar" es la que más escuché en las Venus/Júpiter de mi estudio. Aspiraban a viajar, geográfica y espiritualmente, y se deleitaban con experiencias que les aportaban libertad, nuevas perspectivas y una conexión con la verdad. A menudo, los maestros traían suerte. En la siguiente historia de una mujer con Venus en trígono a Júpiter, casi se puede ver a Zeus cuidando de su hija, llamándola a viajar al templo de su propia esposa. Tal vez fuera Zeus, disfrazado de guardia, quien le permitió entrar para recibir un mensaje importante. 

Hace años hice un viaje a Grecia y me atrajo ver el Heraion, un templo dedicado a la diosa Hera. Se trata de un lugar desolado en la llanura Argiva. No podía entender por qué me impulsaba a verlo. El día era abrasador, pero tenía que ir. Nada me detendría. Cuando llegué al lugar, el guardia, que dijo que rara vez recibía visitas, se alegró tanto de verme que me dejó entrar gratis. Me subí al muro del templo y me senté en él, contemplando las montañas a lo lejos. Los insectos zumbaban en las hierbas secas y el sol pegaba fuerte, pero yo era ajeno a todo, hipnotizado por el calor y la tranquilidad. De repente, una afirmación muy clara, decisiva e imperiosa entró en mi conciencia. "¿Cuánto tiempo crees que puedes vivir mintiendo?", me preguntó. Me sorprendió. No se parecía en nada a mi voz interior. La pregunta se repitió y enseguida supe de qué se trataba. Llevaba muchos años viviendo en un matrimonio muy difícil e infeliz. La experiencia estaba acabando con mi espíritu. Empecé a llorar suavemente, luego las lágrimas brotaron con grandes sollozos. Al final me recompuse y regresé al hotel. Cuando me di cuenta de lo que había pasado, me sentí abrumada. El arquetipo de la gran diosa había cobrado vida, allí en el Heraion. Cuando regresé a Estados Unidos, pedí el divorcio y me trasladé a vivir y trabajar a Grecia. (Venus trígono Júpiter)

Sea cual sea el aspecto planetario, si vemos nuestras experiencias difíciles con Venus como nuestro único camino hacia el crecimiento, también nosotros nos elevamos, dejamos de ser víctimas o fracasados. La gente puede juzgar mucho sus propios fracasos amorosos. Quizás sea Venus quien viaja a través de nosotros, para alcanzar la plenitud de su dicha una y otra vez. Cuando nos lleva a través del inframundo, si no caemos en la inconsciencia o permanecemos allí, si mantenemos nuestro viaje, podemos tener momentos en los que sabemos lo que saben los dioses.

Siempre había vivido mi Venus opuesto a Neptuno como un desengaño amoroso, enamorándome de todos los hombres equivocados, anhelando una conexión más profunda que nunca podía encontrar con los hombres que me atraían, amando a hombres que no me correspondían o que tenían otras mujeres en sus vidas. Solía llamarlo el "horóscopo del desamor", hasta que cumplí 48 años. Conocí a un artista que conectó conmigo al instante. Llevamos juntos 3 años. Como retratista, ha pintado a mis dos hijas y un desnudo mío que ahora cuelga en una galería de arte. ¡Cómo es eso de Venus en el trabajo!

1. Véase el excelente artículo de Daniel Giamario sobre el ciclo de Venus en el número de febrero/marzo de 1997 de TMA, "A Shamanic Investigation of Venus and Mars". >>
2. Ginette Paris, Pagan Meditations (Spring Publications, 1986), p. 60. >>
3. En la astrología "alfabética", Marte, por ejemplo, se considera equivalente a Aries y la 1ª casa, Luna equivale a Cáncer y la 4ª casa, etc. >>

Autora: Dana Gerhardt

Dana Gerhardt se licenció Magna Cum Laude por el Occidental College de Los Ángeles y obtuvo títulos en Literatura por la Universidad de Columbia y la SCULA. Trabajó durante muchos años en grandes empresas antes de convertirse en astróloga profesional. Imparte conferencias y seminarios y escribe para numerosos sitios web y revistas de astrología. Dana Gerhardt se cuenta tanto entre los creyentes como entre los escépticos, no satisfecha con los supuestos de la astrología hasta que puede captar y saborear las pruebas en la vida de las personas. Por esta razón, le gusta escribir sobre confesiones y anécdotas de la vida real en sus artículos.

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Traducción: Lina Contreras (lina@astrologia.social)