La conjunción de Jupiter y Saturno en Acuario y el arquetipo del Rebelde
por Rosana Cueto Merayo
2020 está llegando a su fin, y Júpiter y Saturno
están a punto de deleitarnos con la primera y la última
conjunción exacta que van a hacer en este año, y que
permanecerá en orbe durante Enero y Febrero de 2021. Es un acontecimiento
sincrónico tan bello que los dos planetas sociales entren en Acuario
estrechamente entrelazados - el ingreso de Saturno ocurre el día 17 de
Diciembre y el de Júpiter sólo 2 días después, el 19 - que no podemos más
que prestar máxima atención a las implicaciones simbólicas de esta feliz
(?) “co-incidencia”. Hemos hablado extensamente acerca de su
amalgamatio con Plutón en Capricornio a lo largo de estos dos
años. Pero nunca estuvieron tan cerca entre sí como lo van a estar
durante las próximas semanas, un período lleno de oportunidades, así como
de desafíos. Se nos está convocando sin duda a dar solución a esta
montaña de karma, el karma entendido como el resultado de nuestras
acciones, que hemos acumulado tanto a nivel individual como colectivo.
Una de las maneras más efectivas de empezar a interactuar con el potencial de cualquier signo zodiacal es averiguando qué sub-arquetipos está activando el signo arquetípico en sí mismo. Puesto que sucede en Acuario, un signo fijo que nos insta a elaborar sobre los temas que emergieron de la mano del signo cardinal precedente, la conjunción de Júpiter y Saturno va a requerir que seamos experimentales e implementemos nuestras revoluciones, sean estas de menor o mayor envergadura, para convertirnos en los catalizadores de cambios más extensos a nivel global. Siendo el Plantador de Semillas y el Cosechador, respectivamente, me encanta describir cualquier conjunción formada por Júpiter y Saturno como una fusión de la onda y la partícula. A nivel microcósmico, aquellos con un aspecto duro entre Júpiter y Saturno en su carta natal es probable que vivan un tiempo particularmente psico-dinámico, no sólo durante los próximos meses, sino también durante todo el período que Saturno permanezca en Acuario, hasta Marzo de 2023.
Las 3 últimas veces que Júpiter y Saturno permanecieron tan cerca ocurrió, en primer lugar, en el signo de Capricornio en Febrero de 1961, después en Libra de Diciembre de 1980 a Mayo de 1981, y por último en Tauro durante Mayo-Junio del año 2000, con Saturno y Venus por dos veces como regentes de la conjunción, no por casualidad. Aquí es donde el mito nos ayuda de manera tan clara y tan simple a obtener una sensación total de las placas tectónicas en juego, tanto entonces, como así ahora:
Si miramos con detenimiento al nacimiento mítico de Afrodita/Venus, vemos que esta nació del padre Ouranos/Urano al ser castrado por su hijo, Kronos/Saturno, un Titán y dios de la Tierra, que también era hijo de Gea/Gaia. La diosa Afrodita emergió como el producto del semen de Ouranos derramándose sobre el océano, simbolizando el matrimonio entre los cielos llenos de estrellas y la tierra fértil. Esta imagen tan poderosa de Afrodita emergiendo es tremendamente rica en potencial, porque representa la sacralización de la materia y la encarnación de la Mente Superior, con el Cielo y la Tierra como iguales participantes del mismo Todo indisoluble.
Si observamos de manera intuitiva los principios planetarios implicados en las tres pasadas conjunciones mencionadas entre Júpiter y Saturno, y le añadimos la presente, en la que la energía uraniana ha ganado impulso, parece que tenemos todos los personajes de la imagen mítica representados con sorprendente simetría en el clima astrológico actual. Lo que es incluso más importante, es que además también tenemos ese instrumento cortante que sacrificó las partes de Urano muy activado en el campo psíquico, ya que Marte transitará sobre Eris por el grado 23º de Aries durante los mismos días en que Júpiter y Saturno ingresan en Acuario!. La sincronía de esta concurrencia y sus implicaciones es verdaderamente fascinante.
A primera vista, de la fusión de onda y partícula que nos brindan Júpiter y Saturno, es decir, la fusión entre lo atemporal que está aún in potentia y las limitaciones impuestas por el tiempo y la existencia terrenal y demarcada, podríamos esperar un nuevo equilibrio, un nuevo orden terrestre más Holístico que nace para servir de manera incondicional a todos los ciudadanos del mundo. Pero, ¿cómo podemos ver esto hecho realidad?.¿Podemos hacerlo sin necesidad de ningún sacrificio real y volviendo a lo que conocemos, en el caso de que tuviéramos verdaderamente la oportunidad de volver a lo que conocemos? ¿Podemos llegar a alguna “nueva normalidad”, si todo aquello a lo que aspiramos es a poder seguir haciendo lo mismo que hemos estado haciendo?.
El énfasis de ambos planetas sociales en el poderoso grado cero de Acuario es una indicación muy clara de que es tiempo de aventurarse en nuevo territorio. Después de haber interactuado durante todo este año 2020 con un karma que se ha estado formando durante más de 200 años, y que se ha traducido ya en algunos efectos devastadores del cambio climático, junto con una severa crisis socio-económica, el clima astrológico nos convoca a hacer acopio de nuestra cualidades más visionarias y progresistas, para que se puedan liberar nuevo potencial y mayor creatividad en la humanidad. Nuestro genio individual está esperando a salir de la lámpara, salir de la caja de nuestras limitaciones “normales” y, sí, se espera algún tipo de revolución de nosotros.
Pero, ¿qué aspecto podría tener una revolución en el siglo XXI? Una vez más, nuestra mente lógica y racional no sabe cómo tal cosa podría ser - si lo supiéramos, entonces no sería ninguna revolución, sino simplemente otra versión más de lo viejo. Sólo podemos tener una intuición acerca de ello, porque cualquier revolución en este momento sólo puede hacer que llevarnos de vuelta a nuestro Holismo como seres humanos. Muchos de nosotros sabemos en lo más profundo que esa es la verdad, aún si no sabemos a nivel racional cómo esa revolución podría hacerse realidad. Pero el deseo, la esperanza, el anhelo y el sueño están ahí...
Y es por esa misma razón que la preciosa y sagrada energía del arquetipo del Rebelde, que se libera al calor de la presencia de nuestro vehículo físico y su reacción intuitiva, instintiva e inmediata al entorno, nos incita ahora a alinearnos con su potencial más luminoso y místico. Con Plutón supervisando desde los últimos grados de Capricornio toda la alquimia de este punto de inflexión en el que estamos, tal tarea no se revela como una opción, sino como una necesidad perentoria.
Técnicamente hablando, el Rebelde es una fuerza viva en nuestra psique que está en el ámbito arquetípico y zodiacal de los signos tanto de Aries como de Acuario, los dominios de Marte y de Urano con Saturno como co-regente, respectivamente. El patrón arquetípico del Rebelde tiene esa cualidad intuitiva y visionaria característica, tan activas en el potencial de los signos tanto del Carnero como del Aguador. Pero permitidme que ilustre este postulado astrológico con la magnífica descripción que ofrece Caroline Myss del arquetipo del Rebelde en su libro, Contratos Sagrados:
Es probable que nuestra imagen del Rebelde esté asociada en demasiada medida con clichés de la cultura juvenil como para que podamos ver el significado más profundo de este valioso arquetipo. Tanto si tiene inclinaciones políticas como en el caso de Martin Luther King Jr., Betty Friedan o Lech Walesa, como si se trata de un innovador en el campo del arte como Van Gogh, Joyce o Coltrane, el Rebelde es un componente clave en todo crecimiento y evolución humana. El Rebelde en un grupo de apoyo puede ser de muy potente asistencia para ayudar a que el grupo salga de viejos patrones tribales. También nos puede ayudar a superar viejos prejuicios en nuestro campo de desempeño profesional o creativo. El Rebelde también nos puede impulsar a rechazar sistemas espirituales que ya no sirven a nuestra necesidad interior de unión directa con el ámbito Divino, y a buscar avenidas más adecuadas. En cambio, el Rebelde, en la vertiente de la Sombra, nos puede urgir a rebelarnos por presión social o simplemente porque es lo que está de moda hacer, quedando así atrapados en otra manifestación más de conformidad. El Rebelde si opera desde la Sombra también nos puede llevar a rechazar la autoridad legítima simplemente porque nos está pidiendo que hagamos algo que encontramos difícil o desagradable.
Similar en su frecuencia a los patrones del Anarquista, el Revolucionario o el Inconformista, el Rebelde se activa en nuestra psique con la función sagrada deponer nuevos límites más auténticos, unos nuevos límites intuitivos que estén en alineación holística en nosotros tanto a nivel individual (Aries), como colectivo (Acuario). Sin embargo, primero necesitamos comprender, como así también aceptar en nuestro corazón, el patrón más compulsivo del Rebelde que yace enterrado en nuestra Sombra, si de veras queremos acceder al potencial luminoso disponible en esta energía arquetípica, tan decisiva para todos nosotros en este momento. Y eso es algo que no podemos hacer sin llevar a cabo una rebelión espiritual: Una rebelión que defienda y reivindique nuestro Holismo, en lugar de aplacar las urgencias de nuestro ego herido y mentalidad de Víctima. Las Rebeliones del Alma que emprendemos a partir de nuestra presencia consciente, rebelándonos para defender el bien mayor, y manteniendo como nuestra más querida causa común el bien de todas las personas, incluyendo aquellas que han sido consideradas de menor valor en el pasado, son lo que nos llevará realmente hacia algo nuevo. Es desde este centro instintivo y animado por el coraje que podremos sentar una verdadera revolución, para que un nuevo equilibrio planetario y global pueda emerger.
En términos simbólicos, la castración de Urano en el mito
mediante la agencia del equipo más terrenal, con Gea que dice
“¡Hasta aquí hemos llegado!” y que delega en su hijo para
ejecutar la tarea, fue una nueva demarcación de límites y una declaración
de principios a todas luces agresiva. En lo que parece un acto de
reivindicación eruptivo, vengativo y sangriento, muy en la línea de
nuestra Eris mitológica, la infinitud de lo que era aún un ideal no
nacido en el ámbito arquetípico del potencial se vio forzado a
encarnarse. Así, Afrodita emergió de la manera más inesperada desde las
profundidades del océano- esto es, el inconsciente colectivo. La labor en
este parto con la agencia del yo intuitivo e instintivo que se pronuncia
para defender de lo que siente que es verdad en un momento dado,
obedeciendo la llamada del deseo inexorable que el alma tiene de cambiar
aquello que ya no funciona, aunque sea de manera incómoda y convulsiva
... es lo que dio a luz a Afrodita, y lo que lo hace todo posible hoy. Ahí reside la magia del sacrificio.
El ingreso conjunto de Júpiter y Saturno en Acuario es el heraldo de nuestra nueva capacidad de vernos a nosotros mismos y al mundo con mirada simbólica y arquetípica. Una perspectiva más neutral, más intuitiva e incluyente se hace posible ahora, mediante la que podemos estar a la altura de nuestro potencial evolutivo, estando presentes como testigos conscientes, menos compulsivos y reactivos, de las energías en juego, tanto de las más luminosas como de las más oscuras, percibiendo con el corazón lo que necesita cambiarse en pro del progreso holístico y planetario. En Acuario vamos más allá del statu quo de nuestros viejos filtros perceptivos y nos convertimos en aquellos catalizadores que estábamos esperando, liberando el nuevo espacio necesario para que más factor X se revele. Ahora tenemos la oportunidad de experimentarnos como el verdadero Milagro que somos...
Considerar si uno quiere aceptar el reto de vivir según la verdad de que Tod@s Somos Un Milagro, sin condición ni distinción alguna, es en sí misma una elección radicalmente individuada y liberadora. Practicar el arte de la elección consciente puede resultar muy desafiante e incómodo, porque implica dejar ir el elitismo inconsciente y el tribalismo más sombrío, en los que tendemos a refugiarnos si nuestra relación con lo desconocido no es lo suficientemente fluida. Pero una fe escasa en nuestro potencial individual y colectivo no debería ser lo que nos disuade de las citas con nuestra agenda cósmica.
Este es, de hecho, un tiempo para sorprendernos a nosotros mismos, en primer lugar y ante todo, aventurándonos a actuar en el marco de nuestros laboratorios, estrictamente personales, de nuestro libre albedrío. Entonces, una auténtica Revolución destinada, cueste lo que cueste, a mejorar la vida de cada individuo y de cada especie en este planeta, se ha puesto en marcha de veras.
Sobre la autora:
Rosana Cueto Merayo es una
astróloga profesional actualmente residente en España, donde ejerce como
Coach Intuitivo y Espiritual. Licenciada en Filología Anglogermánica por
la Universitat de Barcelona, España, estudió en la Faculty
of Astrological Studies, London, y cursó un internado en astrología
kármica con Linda Brady (Florida, USA), entre otros. C.G.Jung, Caroline
Myss y Liz Greene son los principales pilares de su coaching intuitivo y
práctica astrológica.
Imágenes:
Saturno/Jupiter: Rosana Cueto Merayo
Puños: Image by Niek Verlaan, Pixabay
© Rosana Cueto Merayo 2020

